En la escena en la que "Bertie", el duque de York, se sincera con Lionel, podemos comprobar el efecto que provoca el enorme aire de los encuadres en dirección contraria a la de las miradas. También, en algunos de los planos, el espacio que sobra claramente hacia arriba mientras el personaje queda casi hundido en la parte inferior. Los personajes parecen acercarse con dificultad el uno al otro desde el límite de los encuadres que los separan. La amplitud de la estancia adquiere en su entorno una importante presencia expresiva.

Además de esto, podemos admirar dos interpretaciones magistrales: Colin Firth en el papel del Rey, que le valió el Oscar 2010 al mejor actor protagonista, y Geoffrey Rush en el papel de Lionel.